Banderas y derechos

La semana pasada tuvo lugar el "Día Internacional por los Derechos de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales". En Barcelona, en los edificios de diversos organismos de la Generalitat de Cataluña colgaron la bandera del arco iris. Ondeó también en todas las federaciones regionales del PSOE y en la sede federal socialista.

Nuestro querido alcalde Hereu, tan preocupado por el fomento del turismo, se dejó "levantar" por Madrid el Europride. Gallardón se volvió a apuntar a ese pseudoprogresismo que le hace pescar votos en todos los caladeros, y que no es más que pragmatismo feroz maquillado con proximidad y un toque de bonhomía. Doña Espe no le fue a la zaga. Posiblemente no le gustan para nada (ni a algunos de los suyos) esas gentes de "mal vivir" que inundaban la capital del Reino. En cambio, llenó el aeropuerto de anuncios sobre el evento para recibir a los visitantes gays. La cosa no está para ir despreciando los euros de nadie y toda campaña de prensa es buena para situarse como sucesora de Rajoy.

En el otro extremo nos vamos a Salamanca, donde el inefable alcalde Lanzarote ordenó retirar la bandera multicolor del balcón del grupo socialista. ¿Argumento? La Plaza Mayor es monumento histórico y todo elemento que se instale debe ser autorizado por Patrimonio. ¡Ja! Recordaremos que la pancarta contra la devolución del Archivo de la Guerra Civil (expoliado en parte a Catalunya por las tropas golpistas franquistas) estuvo colgado meses. Para más inri, tergiversando dicho cartel una conocidísima frase de Unamuno. En fin...


¿Es necesario colgar banderas no oficiales de edificios públicos? Llamadme malpensado. ¿Se trata de un simple acto de apoyo al colectivo gay? En buena parte sí. Pero por otro lado es notorio que la mayoría de políticos gays y lesbianas ocultan su condición, tal vez temiendo el rechazo de parte del electorado o, incluso, de sus propios compañeros de partido (posibilidad menos remota cuanto más a la derecha se sitúa el partido en cuestión). Y no menos cierto resulta que el mencionado colectivo es un numeroso grupo de votantes, a los que interesa mimar.

Desgraciadamente se persigue a los gays en muchos países. Se les discrimina, encarcela, incluso pueden ser condenados a muerte. Bajo ese prisma, el de la defensa de los más elementales derechos humanos, entre los que debería encontrarse el de la libre opción sexual, bienvenido sea cualquier acto de reconocimiento. Por una vez podemos decir que en España no solo es una pose, sino que se ha legislado en defensa de sus derechos. Tal vez por eso la actual y atroz disputa por la futura asignatura de Educación para la Ciudadanía entre la Iglesia y la derechona con el Gobierno.

Espero que la "evolución natural" no consista en colgar banderas deportivas tras el triunfo del equipo de la ciudad. No, no trato de banalizar. Simplemente, hace mucho que deje de creer en la buena fe de los políticos y en que estos realicen cualquier acto que no redunde (mucho o poco, tarde o temprano) en su beneficio.

Qué chungo es ser un escéptico.

(Banda sonora: More than this - Roxy Music)


10 opinantes:

Cristina dijo...

realicen cualquier acto que no redunde

Están ahí porque son hermanitas de la caridad, si te parece :ppp

Anónimo dijo...

A mi me fastidia que los gays se hayan apropiado del arco iris como simbolo...mira tu por donde...

que de todas formas triste que tengan que reivimdicarse con banderas...y el uso político que implica toda bandera, como si fuesen una nación, y no es que ser una nación sea algo bueno...

Pero bueno, la dispersión de la luz no tiene nada de gay, ni de hetero, ya puestos, narices

libertad asexual de los colores...

Jaume dijo...

Pues la verdad es que ahora son un colectivo más al que pedir el voto a gritos, aunque ellos se oculten entre la multitud, a la vez que las campañas comerciales tambien lo aprovechan para vender.

La sociedad es una masa sin cerebro, dividida en colectivos, a los que manipulan como quieren tanto las multinacionales como los políticos, los cuales tienen unas campañas con fecha de caducidad, el día de las elecciones.

Y es que no aprendemos nada, una tras otra nos estampamos en el muro.

Bravo Manu, por el relato, Triste pero cierto!

Anónimo dijo...

hermanitas de la caridad
¿Pero no se supone que están a nuestro servicio?

Anónimo dijo...

Los símbolos, los colores, como en el deporte, sirven para identificar a nuestra "tribu". En vez de abrirnos nos cerramos.

Anónimo dijo...

La sociedad es una masa sin cerebro, dividida en colectivos, a los que manipulan como quieren tanto las multinacionales como los políticos
Completamente de acuerdo. Por desgracia, lo único que tiene caducidad son las campañas electorales. Los políticos son eternos (si no es uno, es el otro), una casta aparte.

Anónimo dijo...

Ahí va la "fundada" ¿opinión? de ese ¡historiador!, Pío Moa:
http://libertaddigital.es/bitacora/piomoa/comentarios.php?id=2178

Jaume dijo...

No puedo entrar en el link manu, sale error, supongo que es porque queda incompleto en los comentarios :P

Gracias!

Anónimo dijo...

Gracias por el aviso, Jaume. Ahí va:
http://libertaddigital.es/bitacora/piomoa/comentarios.php?id=2178

Libertad sexual
1 de Julio de 2007 - 11:27:34 - Pío Moa

Una de las tiorras del gobierno, da lo mismo cual -- forman una tropilla donde es difícil distinguir individualidades--, ha hecho una aportación teórica de primer orden, para que luego digan: la principal libertad es la libertad sexual. Cabe, sin embargo, la duda desde la propia óptica sociata: ¿no será más importante todavía la libertad económica, entendiendo por tal la libertad de saquear los fondos públicos, que, como ha analizado en profundidad otra de las tiorras, o quizá la misma, “no son de nadie”? ¿Qué se puede hacer sin la pasta, empezando por follar? Algún purista objetará que esta gente confunde libertad con corrupción, pero no hay por qué darle demasiadas vueltas. Todos sabemos lo que significa en su vocabulario “proceso de paz”, “lucha antiterrorista”, “alianza de civilizaciones”, “educación para la ciudadanía”, etc. Y, lógicamente, “libertades”. Basta con tenerlo en cuenta.

Obviamente, nadie se mete con las costumbres sexuales de las tiorras y los tiorros del gobierno y asimilados, se lo monten con tríos, cuartetos, animales o entre personas del mismo sexo, cobren o paguen por el asunto. Estas cosas siempre existieron y siempre existirán, y la represión contra ellas nunca ha surtido efectos decisivos. En realidad, a ver quién tira la primera piedra. Son osas que pertenecen a la intimidad personal, y ahí debieran quedarse.

El problema surge cuando salen de la intimidad y pretenden dominar el espacio público. Cuando pretenden equiparar, incluso por ley, formas de sexualidad evidentemente taradas con las formas normales, más aún, exponiendo las primeras como ejemplo y motivo de orgullo, con amplio gasto de fondos públicos (¿ven la importancia de la “libertad económica”?). Y, peor todavía, cuando esas personas se empeñan en dictar las normas morales y “educar” a nuestros hijos según sus “libertades”.

No es este un tema menor, ni muchísimo menos. Pero a menudo la gente corriente, que ve estas grotescas manifestaciones y aportes teóricos como una ofensa intolerable, se queda paralizada ante la osadía y la desvergüenza de los putos y las putas, tan orgullosos de serlo y tan dueños de los medios de masas. Por eso es necesario un discurso claro y convincente de réplica, y las acciones correlativas, que frenen esta invasión de la basura.

Jaume dijo...

Verdades como puños!!!